～¿A quien voy a engañar?
Fui tan ingenua que creí que aun me querías...
Sentí que las horas que pasaba a tu lado, respirando tu mismo aire, solo iban a poder hacerme sentir más viva.
Como si del suave tacto de una pluma se tratase cuándo me rozaban tus labios, temblorosos la verdad, pero quise creer que solo el frío era la causa.
Tus manos seguían tan gélidas como siempre, pero lo note menos porque tambien parecía hielo lo que corría por mi sangre. En ese momento... Adios... ¿y te vas así? ¿sin más?. Explícamelo... dime que tu boca solo quiere besarme, que esta vez la razón no ganaba al corazón. Qué tus pasos todavía sigan a los mios...
Tus manos nerviosas te delatan, tu voz se enmudece y cambia cuando pronuncias las palabras que nunca había querido escucharte decir. No quiero seguir engañandote. Nunca he visto mover una mirada con tanta nostalgia. Supe que echabas algo de menos.
Supongo que extrañabas el no poder temblar de emoción a mi lado, el no poder percibir el calor de mi cuerpo al darme un abrazo. Pero yo te juro, te juro qu ete abrazaría lo más fuerte que pudiera para que te dieras cuenta que te necesitaba. Que te necesitaba y te necesito.
Mi felicidad se desprende si te veo caminando a lo lejos sabiendo que no me vas a devolver la mirada.
Mientras tu te adentras en el mas profundo de mis sueños, yo trato de atrapar cada grito de rabia que causa mis sollozos para no despertar a nadie.
Me pregunto como es posible que alguien te haga tanto daño que casi desangre el corazón, o para perder las ganas de sentir lo que pasa en el resto del mundo, de escuchar a tu alrededor, de hablar, de vivir...
Sabes, antes era tan ingenua, que creía que me querías, pero es que ahora soy tan ingenua... que creo que volverás... ～
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